Faltan cinco minutos para las cuatro de la tarde. Un gorrión se baña en un charco en el ante jardín. Está nublado y la gata baja la escalera como un tren descarrilado hacia la cocina.
Tengo 39 y en tres meses 40.
Al lápiz pasta le queda un cuarto de tinta y se me paran los pelos saberlo.
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